LEYENDAS
Tras la toma de posesión de la fortaleza, los
caballeros templarios redistribuyeron el espacio interior construyendo un nuevo
recinto dentro de las murallas árabes. Esta obra, realizada con bloques de
piedra labrados, contaba con impresionante muro y dos
magnificas torres circulares que aun pueden apreciarse hoy en día en todo su
esplendor. En las piedras trabajadas por los canteros Templarios podemos
encontrar gran número de “firmas” en cada bloque, llamados Petroglifos muchas de las cuales
coinciden con las halladas en la iglesia de Burriana, reconstruida tras su
reconquista.
En el patio central, de forma hexagonal,
hallamos junto al muro orientado hacia el norte un aljibe construido por los
templarios de 10´65 m de longitud por 5´20 de anchura y casi 4 metros de profundidad,
que se suma al ya existente de los musulmanes. En ese mismo patio debió de
estar posiblemente la capilla. El patio de armas, que debió estar parcialmente
cubierto, albergaría también unos establos. No en vano en esos tiempos el
caballo es una poderosa arma de guerra.
Las leyendas
Sobradamente conocida era la reputación de la Orden en lo que a su poder
económico y riqueza se refiere. No en vano llegaron a ser banqueros tesoros y riquezas de reyes,
(el tesoro personal del rey de Francia estaba en sus manos), y encomiendas como
la de Xivert explotaban grandes extensiones de cultivos con gran rentabilidad.
No es extraño que alrededor de sus castillos circularan numerosas leyendas, más
o menos ciertas, acerca de sus ocultas.
De ese modo existe en el castillo de Xivert una oquedad en la pared de la que
se dice fuera una cueva o entrada secreta al castillo por la cual escaparon con
parte de sus tesoros.
Nunca se hallaron tesoros o riquezas algunas en el castillo y
además es poco probable que se tratara de una vía de escape, dado el carácter
irreductible de los Templarios, cuyas reglas no les permitían la retirada si no
se estaba en desventaja en proporción de tres a uno. Siendo en ocasiones sus
cargas contra el enemigo verdaderos suicidios colectivos. Era tal su ferocidad
en el combate, que durante la caída de San Juan de Acre los Templarios llegaron a sepultarse
vivos derrumbando una torre, para con ello matar a 2.000 soldados enemigos.
El declive
Tras la pérdida de Tierra Santa y las
intrigas de Felipe el Hermoso, los Templarios de Xivert, al conocer el proceso
que se llevaba a cabo contra ellos se hicieron fuertes en el castillo frente alas tropas del rey, que finalmente los conducirían cargados de grilletes a
las mazmorras de Tortosa.
Abandonada la fortaleza, esta fue puesta bajo la
autoridad de la orden de Montesa, que la llevó hacia su declive aunque se
mantuvo habitada hasta 1609, año en que se firmó el decreto de expulsión de los
moriscos, con lo cual el lugar quedó deshabitado. A esto se le suma el traslado
de los comendadores de la Orden
de Montesa y las autoridades al pueblo de Alcalá. . Guardando
en su pétreo recinto los secretos y misterios de una orden de monjes-caballeros
que ha mantenido su hermetismo hasta después de su disolución.
Muy interesante, Maria.
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